¿Problema u Oportunidad?

Por Rocío Hernández

Al escribir la historia de vida, se atraviesan circunstancias que obligan a todo ser humano a redefinir o redireccionar su camino.

Esas circunstancias pueden ser llamadas como: crisis, conflicto, problema, situación, cuestión, contratiempo, dificultad, etc.

Cada uno elige la forma en cómo desea llamarlo, movido por la forma, el afecto y efecto con el que apreciamos el conflicto. Un problema es una situación sobre la cual no tenemos una respuesta inmediata, nos sacude porque emerge, en algunos casos, sin invitación previa; roba la paz porque nos hace sentir desprotegidos y en algunos, causa sentimiento de ansiedad o soledad.

Los problemas demandan soluciones, requieren mostrar un trabajo externo al brindar resultados; pero si la persona que vive, enfrenta y busca solución, no logra tener una estabilidad interna, el problema se vuelve una crisis y puede dar dolor al alma.

Un problema es definido o enfrentado desde la perspectiva en cómo se mira o se enfrenta: para algunos se vuelve una oportunidad para reinventarse, genera o crea oportunidades; sin embargo, otros lo perciben y lo viven como un caos, debido al conflicto interno que puede generar en una persona.

Guarda esto: Date cuenta, un problema es una necesidad inicial para obtener una mejora de una situación que vives, los problemas no se solucionan de la misma forma en cómo se crearon.

Afrontarlos demanda la mejora de tu versión actual, vivirlos y tener victoria sobre ellos requieren de una mejor versión de ti. Dios no te permite vivir nada que no puedas enfrentar y soportar, Dios te ha dado el talento, la habilidad y sobretodo la creatividad para mostrar la mejor versión de ti.

Dios es el alfarero de tu vida y sabe que sus diseños requieren de un proceso para mostrar su calidad, él es un genio artista y confía en el diseño de su obra.

La pregunta es ¿Has puesto tu confianza en él? ¿Has clamado por sabiduría y dirección?. Dios te ha dotado de gracia: ¿Qué harás?.

Muéstrame la senda correcta, oh señor; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza. Salmo 25: 4-5.

Academia de Danza & Artes Creativas. 2019

 

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