Por Génesis Gatica
No solo se trata de una hermosa imagen o de tener una capacidad de expresión e interpretación. Esas cualidades se van forjando con el tiempo y la dedicación, pero en el mundo secular para ser un buen danzarín se necesita talento y un sentir de superación.
- ¿Te puedes imaginar entonces qué quiere Dios de ti en tu llamado a ser ministro en danza?
Los requisitos que secularmente se exigen en un danzarín profesional suelen ser bastante desmoralizadores para una gran parte de los interesados, pues la danza es una disciplina que requiere de ciertas aptitudes físicas e intelectuales que no posee mucha gente.
Sin embargo, para ser un danzarín no profesional el nivel de exigencia tiende a ser menor sin restar importancia a la dedicación y esfuerzo para lograr los resultados que se esperan.
Para empezar, en el mundo profesional de la danza se exige un modelo antropométrico muy particular, pues la demanda de la delgadez y las líneas exclusivamente estilizadas se imponen para una mejor técnica y desenvolvimiento de los movimientos.
Ahora, en el ámbito ministerial es importante reconocer que la edad, la constitución física o la experiencia no son indispensables cuando se tiene el llamado a la danza. Sin embargo es importante subrayar que esto no es pretexto para descuidar nuestro instrumento de adoración, que es el cuerpo mismo.
- Constancia y disciplina
Durante varias publicaciones, se ha explicado cómo mejorar las condiciones de tu cuerpo a través de su cuidado y correcta alimentación, el objetivo es que puedas tener las condiciones idóneas para desempeñarte de la mejor manera en tus clases, presentaciones o ministerio y que además ayuda a tener una mejor salud en general.
Es importante que en este inicio de año tomes un momento para reflexionar sobre qué has mejorado en comparación del año pasado en el ámbito dancístico: ¿tienes mayor flexibilidad?, ¿ha mejorado tu condición física y ya no te sofocas tanto mientras danzas?, ¿La fuerza de tus piernas y brazos es mayor?, ¿Has bajado de peso y talla?.
Déjame comentarte que si has contestado que sí por lo menos a una de ellas, es porque te has exigido mejorar para Dios y esa constancia es bien vista por Él.
En el mundo, tener unas caderas muy anchas, o un elevado porcentaje de grasa son condiciones que impiden totalmente el avance en la disciplina o en caso extremo su exclusión, pues las características biológicas, la composición y dimensión corporal resultan definitorias para el movimiento, más allá de la práctica.
Pero ¿has escuchado la frase que dice Dios no llama al capacitado, sino que capacita al llamado?
Bueno es ahí donde tu trabajo, esfuerzo y dedicación se ven reflejados a través de una alimentación sana, trabajo fuera de clases, constancia en las clases y ensayos, revisiones médicas regulares, tomar suficiente agua, dormir bien y tener una preparación corporal antes y después de tus clases.
Es verdad. Debemos esforzarnos por cuidar el templo del Señor que es nuestro cuerpo para hacer las cosas con excelencia. Gracias por el mensaje!!! Saludos desde Toluca!!!
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Gracias a ti por leernos, bendiciones
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Excelentes enseñanzas, felicidades
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Gracias, síguenos leyendo y recomienda el Blog: http://www.yodanzo.com 🙂
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