Por Eli Jerónimo
Dios es tan bueno que conforme el individuo crece también devela sus talentos, propósitos y sueños en su corazón. Sin embargo, tú eres responsable de dar el enfoque correcto a cada uno.
Quiero compartirte tres puntos importantes y, por supuesto, si danzas debes aplicarlo ya.
- ¡Enfócate!
El enfoque es clave para cualquier actividad que estés desarrollando, como la danza. ¿Por qué? Porque es la razón medular del porqué lo haces y eso te va a conducir a un final. Sé sincera y define cuál es el motivo que te impulsa a danzar.
Un versículo que puede orientarte hacia el enfoque correcto está en Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.
En lo personal, un versículo que me ayuda a regresar al enfoque correcto está en Hebreos 12:2: “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe…”. Suele pasar que comenzamos con un corazón humilde, pero conforme pasa el tiempo nuestra actitud cambia. Gracias a Dios que nos da la oportunidad de corregirlo.
2. Disciplina
Algo que no podemos evitar es tener disciplina para lograr algo. En danza es imperativo, pues los ensayos y el entrenamiento físico debe ser constante para perfeccionar la técnica y lograr cosas nuevas.
Si ya lograste un salto en cuarta, pues ahora tienes que proponerte otro reto. Sin disciplina es difícil lograr objetivos.
En la práctica, es bueno tener un calendario que te indique cuánto tardas en cumplir una meta, pues es importante cuantificar si realmente estás avanzando o solo es un sueño guajiro que tienes.
Fija horarios para tus actividades. No cuentes las horas de clase porque eso es una obligación. Tu ensayo personal es lo que cuenta porque estás aplicando lo que aprendes en clase.
3. Disfruta de los frutos
Todo esfuerzo se reflejará en tu danza. ¡Y esto es lo más emocionante! En cada meta lograda tendrás nuevas experiencias y aprendizajes que te ayudarán a madurar y pasar a otro nivel.
Quiero mencionar que todo esto va acompañado con el estudio de la Palabra de Dios. ¡Recuerda el primer punto! Siempre toma en cuenta a Dios en tus planes, que la Biblia sea tu guía.
No confíes en tus propios esfuerzos, sé humilde y reconoce a Dios en todo lo que emprendas. Sin duda, eso nos ayudará a alinearnos a su voluntad que es buena, agradable y perfecta.
Academia de Danza & Artes Creativas. 2017