Por Raúl Lugo
La excelencia produce envidia en los demás.
¡Wow! qué fuerte frase. Pensé mucho en escribirla, pero creo que es lo que en ocasiones sucede dentro de nuestro ámbito: la danza. Más triste es que suceda en nuestros Ministerios, ya que trabajamos para el mismo Señor y el mismo Reino.
La excelencia se traduce por la Real Academia de la Lengua Española como: Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo.
Si tu dedicas a la Danza o haz dedicado tiempo al Ministerio de Danza hoy tienes de 2 opciones, la primera es continuar rutinariamente haciendo lo que siempre has hecho ó, segundo, salir de la zona de confort para alcanzar la excelencia.
El trabajar para Dios en todo lo que hagamos debe producir excelencia.
Recuerdo el caso de Caín y Abel en Génesis 4. Caín ofreció «algunos» mientras que Abel ofreció lo mejor, lo primero.
Me encantaría que te hagas esta pregunta que te servirá como un termómetro para medir tu nivel de excelencia: ¿Has entregado al Señor en tu trabajo para el «algunos» como Caín ó «lo mejor» como Abel?, no lo respondas aquí, hazlo de manera personal.
Creo que la mayoría de nosotros hemos respondido «algunos». Y te pondré los siguientes ejemplos de lo que hoy quiere decir «algunos»:
- Impuntualidad a los ensayos.
- Quejarte cuando hay que comprar nuevos vestuarios o instrumentos.
- Cuando te llaman a los tiempos de oración.
- Cuando dices no a ensayar entre semana porque «no tengo tiempo».
- Cuando no hay planeación en el grupo sino improvisación.
Los pocos o casi nadie que han respondido a entregar lo mejor, perfectamente lo saben. Son los que persiguen la excelencia, darle una calidad superior a sus tiempos de ensayo d-i-a-r-i-o en casa:
- Los que pasan tiempo en la presencia de Dios buscando Su rostro y dirección.
- Los que llegan temprano el domingo y se van al final
- Los que comen bien.
- Los que están dispuestos a servir, a ir a la oración, etc, etc.
- Los que planearon ya el 2017 en sus actividades ministeriales.
Lo que a Dios le agrada, como lo vemos en Génesis 4, es darle lo mejor.
Me llama poderosamente la atención el verso 6 de Génesis 4 (NTV): 6 «¿Por qué estás tan enojado? —preguntó el Señor a Caín.
Sin duda, cuando tú entregas lo mejor, despertará envidia, enojo y molestia en los que entregan al Señor el «algunos» en el Ministerio.
Así que, espero que este artículo no sólo te haga reflexionar sobre la calidad de lo que le entregas a Dios, sino que te despierte a que cuando lo hagas con la calidad superior sobrevivas a la envidia que tú ofrenda y servicio despertará en los demás.
Cuidemos de siempre dar lo mejor al Señor.
Nos leemos la próxima. Bendiciones.
Academia de Danza & Artes Creativas. 2017.
Wow gracias un buen mensaje que me hace ver mi vida con Dios.
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Gracias a Dios y a ti por leernos. Bendiciones!
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Es verdad debemos dar lo mejor de nosotros al Señor de lo contrario se pierde esa pasión por su presencia y todo se vuelve rutinario cuando realmente ministrar al Señor es un privilegio
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Muchas gracias por compartir este mensaje de edificación, es totalmente cierto y eficaz todo lo que dice.Dios las bendiga
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Gracias a ti por leernos Suris. Bendiciones!
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