Por Génesis Gatica
Los danzarines no solo requieren de flexibilidad, fuerza y balance, para nosotros mantener el equilibrio entre la fuerza y elegancia de los movimientos del cuerpo puede pensarse como una habilidad sobrenatural.
En mucha gente está la incógnita de cómo el cuerpo de una persona puede adquirir tanta fuerza y al mismo tiempo tener sutileza en sus movimientos. Puede considerarse que la respuesta va más allá de la musculatura de cada cuerpo.
Las cualidades artísticas de un danzarín pueden ser innatas o adquiridas y a pesar de la influencia de sus habilidades técnicas, el estado emocional influye en gran parte en el desempeño artístico del ejecutante, pues cuando un danzarín elabora un movimiento tan intenso como un fouetté o algo más simple como un caminado sobre el escenario, debe reflejar la sencillez y elegancia que el movimiento amerita y no demostrar que cuesta trabajo. El origen de esta habilidad radica en el cerebro.
Anteriormente se había mencionado la importancia de mantener bien nutrido a este vital órgano no solo para tener un buen desempeño en el día a día, sino para marcar una verdadera diferencia en calidad de la danza.
Especialistas interesados en el tema del funcionamiento cerebral, han encontrado que las cualidades finas del movimiento del cuerpo se generan a partir de una operación cerebral compleja influida por los sentidos y registrados a su vez en un sistema denominado somatosensorial, dicho sistema se encuentra localizado en la corteza cerebral primaria del mismo nombre y que actúa en conjunción con el cerebelo.
¿De qué trata ese proceso cerebral?
La corteza somatosensorial primaria del cerebro recibe información proveniente de todos los sentidos, mientras que el cerebelo se encarga de procesar y controlar dicha información, sobretodo aquella relacionada con los movimientos finos, coordinación, musicalidad y control del equilibrio.
A pesar de los estudios realizados para desentrañar con mayor precisión cómo funciona este proceso, no se ha podido explicar la manera en que influyen los sentidos en las habilidades de los danzarines.
Sin embargo, se ha encontrado que el hecho de que los ejecutantes enfocados en la danza clásica tengan un mejor control de la postura y puedan conservar el equilibrio de una pose durante tiempos prolongados gracias al alineamiento de la columna vertebral, sugiere una influencia importante del sentido de la vista, el cual es catalogado como uno de los sentidos más importantes en el control del movimiento.
Independientemente de que aún falta por estudiar cómo el cerebro controla los rasgos artísticos del movimiento y el papel que tienen los sentidos en este proceso, es notable que la destacada habilidad de los danzarines por reflejar la belleza de la danza en evoluciones con un alto grado de dificultad, radica no solo en su condición física sino también en el funcionamiento cerebral.
Academia de Danza & Artes Creativas. 2016.