Por Génesis Gatica
Los danzarines son célebres por su porte, gracia y habilidad. Hacen que pasos como las pirouettes, grand jetés y demás saltos parezcan sencillos. Se espera que las danzarinas sean delgadas y ágiles, en tanto que los varones sean delgados pero musculosos y masculinos. Ambas condiciones requieren mantener un bajo porcentaje de grasa corporal, por lo que la mayoría de los ejecutantes de danza no tienen figuras curvilíneas.
A lo largo de los siglos, han existido diferentes tipos de actividad física en los que se requieren características corporales específicas para su buen desarrollo y si alguna persona desea incurrir en su práctica, deberá considerar cambios en los hábitos alimenticios que sean necesarios para lograr la transformación corporal que se necesita.
Los trastornos de la alimentación han sido, por muchos años, un tema del que se habla poco, posiblemente se deba a la falta de interés o tal vez por ser un tabú para las masas. Lo cierto es que en la actualidad, seas cristiano o no, la sociedad fomenta y cae en un estereotipo de belleza que en diferentes poblaciones es es difícil de alcanzar y la comunidad dancística no se encuentra exenta de la situación.
Se trata de enfermedades crónicas y progresivas que se manifiestan a través de alteraciones en la conducta alimentaria. Son múltiples las causas que originan dichas alteraciones, pero la principal manifestación es cuando hay una insatisfacción con la autoimagen corporal.
Como se mencionó anteriormente, entre cristianos no estamos exentos de padecer algún tipo de alteración en la conducta alimentaria que pueda desencadenar un trastorno, por eso es importante que te mantengas informado para detectar a tiempo aquellas señales de alerta que pueden marcar una diferencia entre la salud y la enfermedad.
Factores que provocan trastornos de la conducta alimentaria
Factores biológicos: Hay estudios que indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro como la serotonina, predisponen a algunas personas a sufrir de ansiedad, perfeccionismo, comportamientos y pensamientos compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno alimenticio.
Factores psicológicos: Muchas personas tienden a tener expectativas no realistas de ellos mismos y de las demás personas. A pesar de ser exitosos se sienten incapaces, ineptos, etc. Suelen carecer de una identidad definida. Por eso tratan de tomar control de su vida y muchas veces se enfocan en la apariencia física para obtenerlo.
Factores familiares: Personas con familias sobreprotectoras o inflexibles tienden a desarrollar estos trastornos. Muchas veces no demuestran sus sentimientos y tienen grandes expectativas de éxito. Desde niños, muchos aprenden a no demostrar sus sentimientos, ansiedades, dudas, etc., y toman el control por medio del peso y la comida.
Factores sociales: Los medios de comunicación asocian lo bueno con la belleza física y lo malo con la imperfección física. Las personas populares, exitosas, inteligentes, admiradas, son personas con el cuerpo perfecto, lo bello. Las personas que no son delgadas y preciosas son asociadas con el fracaso.
La alimentación desordenada puede llevar a afecciones clínicas como la anorexia y la bulimia. Los desórdenes alimenticios son frecuentes especialmente entre las danzarinas, dado que están sometidas a la presión de ser delgadas desde muy temprana edad. No obstante, la probabilidad de tener una alimentación desordenada que provoque un trastorno puede depender del entorno.
El peso no es el estándar más apropiado para observar en los danzarines, ya que puede no reflejar su verdadera composición corporal. El peso no reconoce la diferencia entre masa grasa y masa muscular magra como músculos, huesos y órganos; dos danzarines pueden tener el mismo peso y diferentes porcentajes de masa muscular o grasa, y uno puede ser considerado con sobrepeso.
Lo ideal es no centrar tu desempeño en la danza con base en tu físico. Se ha hecho una mención constante de la importancia de alimentarse sanamente porque esto conlleva a una mejor preparación física y mental que beneficia a la salud individual.
Un danzarín bien alimentado es un danzarín sano, a nivel físico, psicológico y espiritual y todos estos factores se ven reflejados en la ejecución de su ministración.
Academia de Danza & Artes Creativas. 2016.