Mi primera Clase

Me fascina contar la historia de mis comienzos en la Danza. En 2011 tomaba clases de jazz en una escuela de danza particular. Un año después, por diciembre y casi por accidente, escuché hablar de un Congreso cristiano de Danza. Yo tenía tres años de cristiana y no tenía idea de que la danza se ligara con Dios.

Busqué informes del congreso y descubrí que lo organizaba la Academia de Danza y Artes Creativas. Entonces supe de sus clases –aunque a mí solo me importaban las clases de jazz–, y además no tenía idea de los heraldos, panderos y danza hebrea. Además, quería que mi sobrina tomara clase también y ahí las daban para su edad. Como ya tomaba clases en la otra escuela, tenía que decidir entre alguna de las dos.

Y fue muy gracioso porque al final, no decidí yo, sino que inesperadamente cancelaron mi clase jazz y me incorporé de lleno a la Academia de Danza y Artes Creativas. Y comencé la aventura…

Mi primera clase

En enero 2012 comenzaba el ciclo, y yo entré hasta febrero por andar de paseo. Después, sufrí las consecuencias (risas).

Mi primer sábado llegué a la última clase, y tarde para colmo. Era la clase de jazz. Yo entre muy segura y creyendo que mi año de jazz me respaldaba. Pronto me llegó la disciplina.

El siguiente sábado fue algo extraordinario para mí. Todo era nuevo. Recuerdo que en la clase de pandero ya tenían varias rutinas. Era mi primera vez que tomaba un pandero para danzar y fue traumática mi falta de ritmo y coordinación. En danza hebrea no se diga, fue muy difícil para mí coordinar el ritmo con mis movimientos.

La clase de formación espiritual fue un boom en mi vida cristiana. Las clases me renovaron por completo mi visión de una vida “cristiana” a una vida de santidad para agradar a Dios. También fue mi parteaguas para llevar una relación con Dios más fuerte, pues me enseñaron a hacer un devocional muy personal.

Además, el ejemplo de mis profesoras me inspiró a continuar y continuar a pesar de los desafíos y contras que existían. Son muchísimas historias que puedo contar, y poco a poco lo haré para que también a ti te ayuden y te des cuenta que sólo Dios puede darnos capacidad, gracia y amor incondicional.

Como yo, mis compañeras también tienen muchas historias con nuestro danzar con Dios. Y estoy segura que Dios también ya está escribiendo una historia contigo.

Y si gustas, puedes compartir tu historia. Escribe a: academiadedanzayartes@gmail.com

Academia de Danza & Artes Creativas. 2016.