La frase: “mi pandero está ungido” es una expresión recurrente en las iglesias y se adopta como aceptable; sin embargo, si nos detenemos en analizar el significado de la palabra “unción” sabremos que es una aplicación equivocada.
El pandero o cualquier otro instrumento es un recurso para la danzarina. El pandero es un instrumento de acompañamiento por el sonido que emite; por ello, la importancia de que se lleve el ritmo de la música.
¿Qué es unción?
Encontré esta explicación de la palabra unción: “La unción, como se describe en la Biblia, puede definirse como: “Dios, a través de la carne, realizando obras que ésta no puede hacer”. Es decir, Dios ejecutando acciones que sólo Él puede llevar a cabo”.
2ª Corintios 4:7 (NTV) dice: “Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.
La unción no está en objetos
Por tanto, un pandero o instrumento no pueden estar ungidos porque cuando los sueltas siguen siendo un objeto inanimado, sin vida. La persona es la portadora de la unción, la cual utiliza Dios para lograr cosas que tú no podrías lograr por ti misma.
La verdad es que tanto el pandero como cualquier instrumento de danza o música solo son un recurso en el arte. Es cierto que tienes que cuidar el instrumento, pero éste no tiene unción ni poder de nada.
Dios te usa a ti
Dios nos da ese poder para lograr cosas que por nuestra cuenta no podemos. Por eso, el impacto que tiene tu danza proviene del poder de Dios. Por ello, es tan importante tu relación con él, porque de Su Palabra proviene ese poder.
Impactar con tu danza no sólo en el ambiente cristiano, sino también en eventos evangelísticos en lugares estratégicos para mostrar a Cristo. Y es ahí donde la unción de Dios hace cosas extraordinarias, no tú: DIOS.
Academia de Danza & Artes Creativas. 2015.